9 días/8 noches. Ida y vuelta a Marrakech

Esta joven pareja nos pidió el recorrido más completo y variado que se pudiera hacer con los nueve días de que disponían.

No conocían Marrakech, por lo que reservamos el día de su llegada y el anterior a su partida para conocer la ciudad.

Saliendo de Marrakech dirigimos nuestros pasos hacia el Tiz In Tichka para atravesar el Alto Atlas, y tras coronarlo recorrimos la Ruta de las Mil Kasbah, el Valle de Ounila, las kasbah de Telouet y Ait Ben Haddou y nos hospedamos en Ouarzazate, tras visitar alguno de sus estudios de cine en el maravilloso hotel Dar Kamar.

Tras visitar el Oasis de Fint, seguimos camino hacia el sur viendo a nuestro paso las montañas el Anti Atlas, el Jbel Saghro, el Palmeral del Draa, la ciudad de Zagora, hasta que llegamos a Casa Juan, acogedor alojamiento que nos daría cobijo durante dos noches.

Durante la estancia pudimos disfrutar de las dunas del Erg Lihoudi y su preciosa puesta de sol, del pueblo de Nesrate, que está siendo devorado por las dunas, y de multitud de pequeños recorridos por todo tipo de pistas que nos descubrirían bellos paisajes, como los del Lago Iriki o el Mhamid antiguo.

Abandonamos el Erg Lihoudi para dirigirnos hacia otro desierto, en esta ocasión el Erg Chebbi, pero no lo hicimos por carreteras, si no siguiendo las diferentes pistas que nos llevarían hasta Zagora, el Kem Kem, el Lago Maider, Tafraoute y finalmente el Erg Chebbi, para alojarnos en uno de sus mejores albergues, el Riad Madu.

El desierto nos volvía a pedir dos días para conocerlo bien, y tras dedicar el primero a desentrañar alguno de sus misterios, dormimos en las lujosas Haimas Madu.

Ya de vuelta, cambiamos la aridez del desierto por el vergel que supone el Palmeral del Draa, el más grande del mundo, y pasamos una noche en el impresionante EcoLodge Hara Oasis, un lugar para perderse.

De vuelta a Marrakech, atravesamos el Alto Atlas por uno de sus pasos más bellos, recorriendo una estrecha y poquísimo transitada carretera, que a veces desparecía para convertirse en pista y que nos regaló algunos paisajes para llevarse en la retina.

El último día, antes de dirigirnos al aeropuerto, se aprovechó para realizar las últimas compras en los alrededores de la Plaza de Jmaa el Fnaa.

Un completísimo viaje que permite llevarse una idea muy fiable de los principales paisajes y climas que existen en Marruecos y que enamoró por completo a nuestros clientes.

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